Edward Pinilla
Un cuento anónimo
habla que un campesino chino se fue a la ciudad para vender una cosecha de
arroz, su mujer aprovechó para pedirle que le trajera un peine. Después de
vender los cultivos, se encontró con algunos amigos y celebró con ellos
largamente. Luego, al momento de regresar a casa, se acordó que su esposa le
había pedido un encargo, pero no recordaba que era.
Desorientado, ingresó
a la primera tienda de mujeres que encontró y compró lo primero que vio: ¡un
espejo!, luego regresó al pueblo.
Una vez en casa,
entregó el obsequio a su mujer y se marchó al campo. La señora destapó el
regalo, se miró al espejo y empezó a
llorar desconsoladamente. Al verla la madre, le preguntó qué era lo que le
pasaba. La mujer le dio el espejo y le dijo:
-
¡Mi marido ha traído a
otra mujer, joven y bonita!. La madre cogió el espejo, lo miró y le respondió a
su hija: ¡No tienes de que preocuparte, es una vieja muy fea!
Lo más embarazoso y
delicado para los seres humanos es desconocer quien se es realmente. La ignorancia
de sí mismo, es tal vez, la causa número
uno del porqué muchos no logran alcanzar lo que se proponen, y generar
bienestar y éxito a su vida personal. Contrariamente, estas personas viven sus
vidas creyendo que los problemas que los atormentan son obra del destino o
producto de maldiciones.
Dios hizo al ser
humano, perfecto y dotado de todas las
herramientas necesarias para responder a
la vida. Pero, al darle libre albedrío, le puso un enemigo interno con el que
debería lidiar si quería conquistar su destino, le entregó el poder sobre sus
emociones. Claro, llegar a la cúspide del control absoluto de éstas, requiere
un esfuerzo superior que muy pocos en el mundo logran superar.
Si analizamos la vida
a nivel personal, usted podrá determinar que todo lo que sucede a su alrededor,
y la forma como interpreta esa realidad, es cuestión de perspectiva. ¿Qué es
perspectiva?... El diccionario de la Real Academia Española, la define como “punto de vista desde el cual se considera o
analiza un asunto”. En otras palabras, es su visión desde la cual observa
la realidad, es una creencia que le permite interpretar la vida.
Sin embargo, su
perspectiva, no es la misma que la de otra persona, y ésta fue creada en usted
con base en los criterios de interpretación de quienes estuvieron durante su
desarrollo en su niñez. O sea, que lo usted considera como verdad absoluta, no
es lo mismo que para otra persona.
De acuerdo a la
lingüística, un signo, o una palabra, tiene dos elementos. Un significante y un
significado. El primero es la palabra y el segundo lo que esa palabra
representa para cada uno. Por ejemplo, al decir la palabra amor, es igual la
escritura en la lengua castellana para todos quienes hablamos ese idioma, pero,
lo que representa para cada persona, varia, de acuerdo a su interpretación
personal.
La inteligencia
emocional nos advierte que dentro de nosotros operan “pensamientos automáticos
o bajos”. Se les llama así precisamente
porqué las redes neuronales en que se ejecutan no alcanzan a ser percibidos por
la mente consciente, éstos se dan a niveles de la mente inconsciente que
controla el 95 % del cerebro. Allí, se almacenan las creencias que nos
enseñaron desde niños.
¿Cuántas conductas en
tu vida, se dan sin que seas consciente de ello? Y si es así, ¿Qué haces para
controlar esas conductas que te hacen cometer los mismos errores una y otra
vez?
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